miércoles, 9 de abril de 2014

INTRODUCCIÓN GENÉTICA (por Consuelo Fernández-Avilés Irache)


Como ya hemos visto, la causa del síndrome de Edwards reside en una trisomía del cromosoma 18. Antes de hablar en profundidad de la genética de esta enfermedad, vamos a explicar las trisomías de forma general.

Una trisomía es una clase de aneuploidía. Una aneuploidía consiste en la pérdida o ganancia de uno o varios cromosomas. En las trisomías, (2n + 1), se produce la ganancia de un cromosoma que se añade a la pareja de homólogos, que pasará a ser un triplete.


Estas alteraciones pueden producirse en cualquiera de los cromosomas de nuestro genoma, tanto sexuales como autosómicos.
Las trisomías en los cromosomas sexuales suelen ser menos graves y suelen dar lugar a individuos viables, que presentaran síndromes como el de Klinefelter.
Respecto a los cromosomas autosómicos las trisomías más frecuentes son la del 21 (síndrome de Down), la del 18 (síndrome de Edwards) y la del 13 (síndrome de Patau). Esto no quiere decir que en el resto de cromosomas autosómicos no se den trisomías, sino que las alteraciones en otros cromosomas no suelen ser viables, produciéndose generalmente un aborto en la madre del embrión que las padece.

¿Por qué se producen las trisomías?
La mayoría de las aneuploidías, entre ellas las trisomías, se producen por la no disyunción de los cromosomas durante la división meiótica, tanto meiosis I, como en meiosis II.

Suele darse en meiosis I, debido a un sobrecruzamiento mal posicionado, además se produce generalmente en la formación de gametos femenino u oogénesis. Este hecho guarda relación con que la meiosis I de la oogénesis, tiene una gran duración (desde el desarrollo fetal hasta cada ovulación, entre 15 y 45 años después), respecto a la de la espermatogénesis.

Además, se ha demostrado que la posición de los quiasmas en la recombinación, es clave en la disyunción; y se piensa que, con la edad la maquinaria encargada del procesamiento de los quiasmas pierde eficacia. Esto explica que las no disyunciones se den con mayor frecuencia en los gametos viejos que en los jóvenes, lo que concuerda con que la frecuencia de las aneuploidías aumente con la edad de las mujeres.

Dependiendo de cuando se produzca la separación incorrecta (no disyunción)de los cromosomas, los gametos obtenidos serán diferentes:
  •        En meiosis I: se obtienen dos gametos nulisómicos (sin ninguna copia del cromosoma en cuestión) y dos gametos heterodisómicos (con una copia de cada cromosoma homologo presente en la celula progenitora). Sus cargas cromosómicas serán, respectivamente n-1 y n+1, en lugar de n que seria lo correcto.
  •        En meiosis II: obtenemos dos gametos monosómicos (n), un gameto nulisómico (n-1) y un gameto isodisómico (con dos copias de un mismo cromosoma, del padre o de la madre).



Al unirse uno de estos gametos disómicos con otro gameto normal en la fecundación, el embrión resultante tendrá un cromosoma de más (trisomía) en el par cromosómico afectado, que pasa a ser un triplete.


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